martes, 23 de octubre de 2012

Otra posible solución: El Perro

Que pasa peña:

En mi anterior entrada, que pretendía ser seria, proponía una solución a la crisis, que llamaba el MoNo.
No contento con esto, y visto que ha tenido menos éxito que Bisbal en un concierto de Rhapsody, y dado, además, que como dice Extremoduro, somos unos animales, voy a daros la solución a la crisis con otro animal, el Perro.
Si colegas, porque el perro, si ya era el mejor amigo del hombre, ahora lo va a ser más.
Este es el rollo que os planteo. El otro día vi en la tele al Malan Drín, el chino este que han pillao en el Cobo Calleja. Pues bien, salía ahí una pila de fajos de billetes que flipas. Y resulta además, que los billetes los encontraron unos perros de la policía que huelen la pasta y la localizan en menos que tarda falete en devorar 250 hamburguesas triples.
Al loro: Perros que huelen la pasta!!!
Coooooooooooño, pues ya está. Me voy a comprar un perro de esos. Si ej que... tenemos las soluciones en nuestras narices (o en las narices del perro, da igual) y no nos enteramos.
A lo que vamos, te compras un perro olisqueador de billetes y te das una vuelta por polígonos industriales, por lupanares, por la casa de Undargarín... en fin, todo lo que huela a dinero negro. Y ya está, pulsas la alarma de incendios, vas a donde te indica el perro, coges unos cuantos fajos de billetes y... ta chan!! sacabó la crisis.
El argumento, de sencillo es perfecto a la par que elegante. Parece una demostración matemática. Pero también adolece de problemas.
Por ejemplo, que pasaría si el perro es tan listo como Curro, el perro que iba a sellar la primitiva y se queda con la guita, eh, Margarita. Ahhhmigo de Vigo. La cosa falla.
O dado que el dinero es el vil metal, el dinero negro, puede entenderse como el Black Metal. Por tanto si el perro sale jachondo, lo mismo se pone a olisquear a personas que lleven greñas y una camiseta de Craddle of Filth o Children of Bodom o Rottin Christ, por ejemplo. Tampoco valdría.
En fin, Serafín Undargarín que yo tiro la piedra y escondo la mano. Ahí queda eso y me voy como el Reno Renardo, cantando esta canción. En vuestras manos queda. Pero si os sale bien, acordaros que soy el autor intelectual de vuestra fortuna. Así que unos botellines con unas olivitas tendrían que caer, como en su dia, muy bien, hizo el Elías, aunque prometiese oro y moro por pleitearle contra Jesús Quintero. Bueno, después de aquello, se ganó el sobrenombre de Elías I, el espléndido de Garvey.

Un abrazo to metalero, figuras.